Oficios, faenas y condiciones laborales del trabajo portuario
Elaborada a partir de testimonios y fotografías sacadas de los archivos y memorias de los habitantes de Corral en encuentros comunitarios realizados en la Biblioteca pública, que está a cargo de la Sra. Perty Coronado, esta muestra pone en relieve los oficios y quehaceres de uno de los puertos más emblemáticos de Chile.
Corral tiene una tradición portuaria que se remonta al siglo XVI, su papel de lugar seguro era clave en la navegación de las rutas que unían el Océano Pacífico con el Atlántico. Desde este puerto se embarcaba el famosísimo "oro de Baldivia", el más puro de toda América y tablas del afamado alerce.
Siglos más tarde, en 1643, su impórtancia estratégica había despertado la codicia de corsarios holandeses, enemigos de España, estableciendo una breve colonia de los Países Bajos, que gatilla la acción del propio Virrey del Perú, Pedro Álvarez de Toledo y Leiva, recuperando el puerto para la corona y refundando la perdida ciudad de Valdivia.
Ingleses y franceses conocieron la importancia geopolítica del Puerto de Valdivia, marcándolo tempranamente en sus planos y mapas, en parte exhibidos en la Casa del Castellano, la sala de exhibición permanente del museo de sitio.
En pleno siglo XX, eran cientos de navíos los que pululaban por sus aguas. Asociado a las labores industriales de la Siderurgica Altos Hornos y a la ballenera de San Carlos, Corral fue un núcleo de desarrollo regional, generando gran cantidad de puestos de trabajo y un importante flujo migratorio, en especial desde Chiloé. El impacto de este desarrollo no-sustentable aún puede verse en los cerros deforestados de la comuna. Sin embargo, las memorias de sus habitantes rescatan una época pujante, obrera, mundial, que se vió afectada para siempre con el maremoto de 1960.
El mayor valor de esta muestra fotográfica es el trabajo comunitario en su museografía, rescatando diálogos y memoria entre los propios actores sociales locales.
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